El koto es una caja de resonancia rectangular, de madera de kiri (paulonia), de unos dos metros de longitud, con dos aberturas en la parte posterior y trece cuerdas. A menudo las melodías son también cantadas, por el propio instrumentista o por otros músicos. El arpa japonesa es un instrumento de cámara, que requiere un auditorio atento y dispuesto a disfrutar de los sonidos sutiles y relajantes que recrea de la naturaleza.
Antiguamente a todos los instrumentos de cuerda se les llamaba koto. Al principio el koto era pequeño y portátil, de cinco cuerdas y un metro de longitud. En aquella época el koto no era sólo un instrumento musical, sino que también se utilizaba como elemento sagrado para las ceremonias religiosas.
A pesar de ser un instrumento milenario, la pervivencia del koto se debe a que su sonido y su técnica están en constante evolución, pudiéndose interpretar tanto piezas de música antigua tradicional japonesa como música más actual e incluso hacer música de «fusión» con otros géneros, estilos e instrumentos musicales. El sonido del koto es muy sutil y relajante; a veces suena como un arpa, a veces como una guitarra.